30 de septiembre de 2016

30 de septiembre de 2016 - , Sin comentarios

Día 3: Almería subterránea. Refugios de la Guerra Civil.

Para este tercer día habíamos reservado una visita guiada a los Refugios de la Guerra Civil, uno de los más importantes y mejor conservados de Europa. De camino, nos acercaríamos a los siguientes puntos de interés:


A pocos pasos del hotel está la iglesia de Santiago. Un sencillo templo renacentista que destaca por su portada lateral, enmarcada por columnas jónicas y sobre la que aparece un relieve de Santiago Matamoros, montado a caballo y vencedor sobre un grupo de infieles.

En su interior destacan las columnas con capiteles de estilo jónico adosados a los pilares y la portada con arco de medio punto de una capilla.


Considerada el centro neurálgico de la ciudad, atravesamos la Puerta de Purchena, en la que se encontraba la puerta más importante de entrada a Almería, desaparecida tras el derribo de la muralla a mediados del s.XIX. Uno de los edificios más interesantes de la plaza es la Casa de las Mariposas, pero algún otro edificio seguro que también llamará vuestra atención.



Y caminando llegamos a otra iglesia, la iglesia de San Sebastián, de estilo barroco y con elementos neoclásicos.



Como aún teníamos tiempo, decidimos adentrarnos en el barrio de la Almedina, comprendido entre las calles de la Reina y la Avenida del Mar. Estuvimos callejeando para ver si nos lograba encandilar, ¡pero nada! La iglesia de San Juan, antigua mezquita, estaba cerrada. Definitivamente, lo único que bajo nuestro punto de vista mereció la pena fue poder disfrutar de la siguiente imagen en el Patio de los Naranjos. Pertenece a un cuartel militar, es decir, no está abierto al público, pero un guardia muy simpático nos permitió pasar.


La plaza de la Virgen del Mar, patrona de la ciudad, está presidida por su santuario.



¡Y por fin la visita estrella de la mañana!

Si queréis conocer los refugios, tenéis que reservar previamente las entradas por Internet. La visita es guiada, y hay pocos horarios, que se comparten con visitas escolares, por tanto, os recomiendo que reservéis con suficiente antelación.

Almería sufrió durante la Guerra Civil numerosos bombardeos por mar y aire, motivo por el cual Guillermo Langle, arquitecto municipal, tuvo que diseñar una red de refugios que empezó a construirse en 1937 y finalizó en la primavera de 1938. Un total de 4.5km de galerías subterráneas de hormigón a 9 metros de profundidad y que podían cobijar hasta 35000 personas. Existían 67 entradas repartidas por toda la ciudad, además de accesos en algunas iglesias o el ayuntamiento. De la misma manera, muchas casas particulares disponían de refugios privados desde los que se podían acceder al principal. Al terminar la guerra, estas bocas de entrada se taparon con quioscos de flores, música y prensa.

En la plaza Manuel Pérez se sitúa el pabellón de acceso, mientras que en la plaza Pablo Cazard se ubica la salida. La visita guiada comienza con un vídeo en el que aparecen testimonios de supervivientes de la guerra, que utilizaron estos refugios. Un largo toque de sirena nos avisa de que se acerca el peligro y tenemos que bajar a los refugios. En aquella época, no se podía volver a salir hasta que la sirena tocase dos veces.


Se ha recuperado la galería principal (casi 1km), que discurre paralela al Paseo de Almería. Esta galería era más ancha y contaba con bancos corridos. Langle pensó en todo, colocó entrantes y salientes para que la gente pasase en fila de a uno y evitar avalanchas, también servirían para frenar la onda expansiva de una posible explosión; se diseñaron dependencias especiales para almacenes e incluso un quirófano de guerra; dos hilos de cobre para llevar la luz, aunque en muchas ocasiones estaban a oscuras para no exponer al enemigo las bocas de acceso a las galerías...



Tenían que establecer unas reglas, no se podía hablar ni de política ni religión para evitar enfrentamientos ni bajar armas. Resulta impresionante saber que obreros y voluntarios, con pico y pala, cavaron sin descanso estas galerías, destinadas a proteger a un 75% de la población. Como los muros de hormigón estaban frescos cuando se escondían, aún se pueden ver dibujos de los niños sobre estos.


Es fácil imaginarse el agobio allí sentados, el llanto de los niños, a oscuras... Nosotros sólo permanecimos una hora y pico en el interior y ya echábamos de menos la luz del sol. Una visita por 3€/persona que realmente merece la pena, no por lo que veréis allí abajo, sino por toda la historia que esconde.

Nos acercamos a la iglesia de San Pedro, de estilo neoclásico, que tiene unos horarios muy reducidos de apertura. Nos sorprenden los frescos de la cúpula del altar mayor y una Última Cena formada por esculturas a escala real.



Desde allí nos dirigimos a la avenida de Federico García Lorca, un paseo peatonal con estanques, fuentes y zonas ajardinadas. La habíamos visto de noche, pero de día mostraba una cara completamente distinta.


Podréis ver la estatua de la Caridad, monumento construido en homenaje a las víctimas de las inundaciones de 1891.


Frente a esta estatua, se sitúa la casa de González Montoya, también conocida como Chalet montañés, ejemplo de arquitectura regionalista del norte, es decir, una casa vasca en medio de una capital andaluza.


Este paseo desemboca en el puerto, donde podemos contemplar el Cable Inglés, un cargadero mineral, muestra de la Arquitectura del Hierro de principios del s.XX. 


¡Hora de comer! El elegido es la Casa Puga, un bar muy típico y pintoresco donde tomar cervezas y tapitas, eso sí, en barra. Dos consumiciones (con tapa incluida) y dos montaítos por 6.40€. ¡Sí, habéis leído bien, comimos por poco más de 3€ persona! 

Para la tarde teníamos previsto acercarnos al desierto de Tabernas, pero eso ya es otra historia...

26 de septiembre de 2016

26 de septiembre de 2016 - , 2 comentarios

Un día recorriendo el románico palentino

Como ya os adelanté en Facebook, y aprovechando los programas de verano que tiene la diputación de Palencia, en el mes de agosto decidimos descubrir más de esta provincia. Es una de las grandes desconocidas pero, ¿sabéis que alberga la mayor concentración de monumentos románicos de Europa? Desde pequeñas ermitas rurales a grandes monasterios pasando por todo tipo de motivos arquitectónicos o decorativos (pilas bautismales, capiteles...) en los que se puede reconocer este estilo artístico.

En el portal de turismo de Palencia se proponen rutas divididas en tres zonas: el sur, siguiendo el Camino de Santiago y el norte. Aunque uno de los ejemplos más representativos de este arte es la iglesia de San Martín de Frómista, decidimos dejar esta visita para otra ocasión y centrarnos en el norte de la provincia:


El programa de apertura de monumentos de verano permite ver el interior de iglesias que en otras épocas del año pueden estar cerradas al público.

En primer lugar nos dirigimos hacia el monasterio de San Andrés de Arroyo, una abadía cisterciense en la que destaca su claustro, y más concretamente, los motivos vegetales labrados en sus capiteles. Las monjas ofrecen visitas guiadas al claustro, podéis consultar los horarios en su página oficial. En la puerta se indicaba que los domingos también había visitas guiadas a las 10:30h, pero estuvimos esperando desde las 10:25h hasta las 11:10h, no vimos salir a nadie de la visita de las 10h y no apareció nadie para la visita de las 11h, así que decidimos seguir nuestro camino. Por cierto, la monjita que vendía dulces no sabía nada de las visitas guiadas...

Paramos en Moarves de Ojeda para contemplar la bella portada de la iglesia de San Juan Bautista. Es un impresionante friso de piedra rojiza, con el Pantócrator rodeado por el Tetramorfos (representación simbólica de los cuatro evangelistas) y los doce apóstoles. La expresividad de sus rasgos nos lleva a pensar que es de la etapa final del románico. Se apoya sobre dos ménsulas, la de la derecha San Miguel atacando un dragón y la de la izquierda una figura con rasgos negroides atrapada por un grillete.


La portada está formada por cinco arquivoltas de medio punto sostenidas por capiteles en los que se representan distintas escenas: músicos y bailarinas, dos personajes leyendo un libro, dos figuras abrazadas...


En el interior podéis ver una pila bautismal del s.XII que mantiene cierta relación estética con el friso. También llaman la atención las dos representaciones tan diferentes de San Juan Bautista.


Un vecino/voluntario del pueblo nos hizo una visita guiada a la iglesia por 1€/persona, contándonos todo los detalles que conocía de la misma, del interior y exterior.

Muy cerca de allí, en una finca privada se encuentra el antiguo monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos o Cozollos, del que se conserva íntegra su iglesia románica. Nos incorporamos a una visita guiada (3€/persona) que ya había empezado, aunque al terminar, el hombre no tuvo ningún problema en enseñarnos todo lo que no habíamos visto al inicio de la visita.


La portada lateral es de arco apuntado, decorada con arco de sierra (motivo propio del císter), y apoyada en cuatro columnas con capiteles con motivos vegetales y arpías.


Es una iglesia de una única nave con planta de cruz latina y cabecera compuesta por tres ábsides semicirculares. En la cabecera se encuentran dos sepulcros de piedra, a la izquierda el de la infanta Sancha Alfonso y a la derecha un caballero cruzado. 


Su claustro desapareció a principios del s.XIX, pero algunas de las piezas que formaban parte de éste, están recogidas en un pequeño museo en el interior de la iglesia. Os voy a enseñar uno de los capiteles más curiosos

En uno de sus lados muestra a las mujeres ante el sepulcro vacío de Cristo, mientras el ángel indica que ha resucitado. En el otro lado, la muerte de otra persona, rodeada de plañideras y obispos; y desde lo alto aparece la mano de Dios como un gancho para llevarse su alma.

 
Continuamos hasta Vallespinoso de Aguilar, donde nos esperaba la ermita de Santa Cecilia situada encima de una roca. La visita al interior es de 1€/persona, y fue en la única en que la que entrada no incluyó visita guiada.


De esta ermita podemos destacar su enclavamiento y el detalle de los capiteles y frisos de la portada. ¿Intentáis interpretar las escenas con nosotros? Las tres Marías ante el sepulcro vacío, ¿una mujer con un cuchillo?, varios hombres con libros, motivos vegetales, dos arpías enfrentadas, ¿San Pedro con un manojo de llaves?


Desde allí y bordeando el pantano de Aguilar, llegamos a la ermita de Santa Eulalia, en el Barrio de Santa María. Nos parece impresionante la puerta de tejo del s.XII, que se conserva con sus herrajes originales. Es un claro ejemplo de la pedagogía del arte medieval, simboliza la puerta del cielo; en ella podemos distinguir estrellas, espigas de trigo y un cierre con forma de serpiente.


En su interior aún permanecen restos de pinturas murales del s.XIII, en algunos casos muy deterioradas. En el ábside se representa el Pantócrator rodeado por los cuatro evangelistas, aunque sólo se aprecian el león y el toro en la parte inferior. En uno de los muros se puede ver el pesaje de las almas y su envío al cielo; en el muro opuesto, mucho mejor conservadas, imágenes del Infierno.



En el exterior nos encontramos capiteles labrados en piedra caliza, que contrasta con la arenisca de la sillería. Uno de los más interesantes muestra el árbol de la vida, cubierto de manzanas, con la serpiente enroscada en su tronco, y a ambos lados, Adán y Eva cubriéndose con las manos.



Nos habíamos encontrado por los pelos con la ermita abierta, que cerraba a las 14h, así que era el momento de dirigirse hacia Aguilar de Campoo para comer.

Elegimos el Mesón Añejo, del cuál habíamos leído alguna crítica en Internet. Unas patatas de la casa, ensalada de ventresca, revuelto de morcilla y bebidas por 24,80€. Aún era temprano, hasta las 17h no volvían a abrir el resto de las iglesias que teníamos previsto conocer, así que decidimos dar un paseo "rápido" por el casco histórico. Estuvimos en la Plaza de España, una plaza porticada, donde tomamos un café en una de las terrazas y en la Colegiata de San Miguel. Dejamos muchas cosas por ver de Aguilar, pero nos lo apuntamos como futuro destino.

Desde la calle en la que aparcamos el coche se veía la ermita de Santa Cecilia, que está ubicada a los pies del castillo, así que aprovechamos para subir a visitarla.


En su interior, el labrado de los capiteles despierta nuestro interés. Es espectacular el que representa la matanza de los inocentes, ¿éste no aparecía en los libros de historia?



La iglesia románica de San Esteban preside la parte más alta de Lomilla. En su interior (1€/persona) puede verse un calvario del s.XIV con figuras de tamaño real.


Alrededor de la cabecera de la iglesia hay una pequeña necrópolis. En el ábside destacan los canecillos geométricos con motivos vegetales y animales.


La ermita rupestre de los Santos Justo y Pastor en Olleros de Pisuerga es una parada obligatoria en cualquier ruta por esta zona. Se la ha calificado como la basílica de eremitismo rupestre. El conjunto está formado por el templo, una torre en piedra de sillería (próxima a éste) y una necrópolis de tumbas antropomorfas.


Por 1,2€/persona podréis contemplar el interior de esta ermita excavada en la roca. La planta consta de dos naves, con varias capillas absidales. Hacia la derecha se abre una galería utilizada como sacristía y en la de la izquierda otra capilla en penumbra.   


Es muy curioso observar la integración de elementos propios de una iglesia románica (bóvedas de cañón, arcos fajones...) en una ermita rupestre.


Después de haber visto distintos templos románicos, cada uno especial a su manera, de la iglesia de Santa María de Mave, no llama nada especialmente nuestra atención. Quizás lo más destacable son los restos de las pinturas murales de las capillas absidales.



Por último nos dirigimos hacia Becerril del Carpio, para conocer la pequeña iglesia de San Vicente. Como esta iglesia estaba en restauración, nos acercamos a la iglesia de San Pedro, en el Barrio  de San Pedro. Tened en cuenta que este pueblo se compone de tres barrios: Puebla de San Vicente, Barrio de Santa María y Barrio de San Pedro.

Es una sencilla iglesia rural, en la que como curiosidad, detrás del altar podréis ver unas pinturas murales.



¡Y con la visita a esta iglesia dimos por terminada nuestra primera ruta por el románico palentino! Os invito a conocer esta provincia que tiene muchos tesoros por mostrar.