30 de octubre de 2017

Día 1: Baeza, entre piedras y vítores

Junto con Almería, la provincia de Jaén es otra de las grandes desconocidas de Andalucía, y eso que alberga dos preciosas ciudades Patrimonio de la Humanidad, Úbeda y Baeza. Una escapada perfecta para disfrutar durante dos o tres días de historia, cultura y gastronomía.


Llegamos a Baeza al mediodía y no tuvimos ningún problema para aparcar el coche en la calle Julio Burell de manera gratuita, a cinco minutos andando de nuestro hotel. Hay que tener en cuenta que la calle de San Pablo, donde se encuentra el hotel, es peatonal

Para que comprendáis un poco la historia de estas ciudades renacentistas, os recomendamos que realicéis alguna de las visitas guiadas que ofrecen distintas empresas en Úbeda y Baeza. Nosotros decidimos hacerla con Atlante, y reservamos online el bono turístico de ambas ciudades por 17.90/persona, incluyendo entradas a monumentos. 

La visita guiada a Baeza no empezaba hasta las 18h, así que para abrir el apetito, realizamos un paseo de reconocimiento por su casco histórico.


Entramos por la puerta de Úbeda y nos dirigimos hacia la plaza de Santa María, una de las "culpables" de haber recibido el título de ciudad de Patrimonio de la Humanidad. En esta plaza la Catedral ocupa el plano más destacado y queda cerrada por la fachada del seminario de Felipe Neri. También es interesante la fuente, construida como homenaje a la canalización del agua en Baeza. 


Paramos en otro de los rincones más bonitos y con encanto de Baeza, la plaza del Pópulo o de los Leones. En esta plaza se concentraban los edificios públicos de la época: la Antigua Carnicería, la Audiencia Civil y las Escribanías Públicas (actualmente oficina de turismo). Y justo en el centro, otra fuente, la fuente de los Leones.


Nos dirigimos hacia el Paseo de la Constitución, creado para albergar el mercado de la ciudad desde el s.XVI. Los antiguos gremios artesanales (tundidores, mercaderos, carboneros...) se encontraban en los soportales de los edificios que rodean el paseo.

Tapeamos por la zona, en la terraza del bar restaurante Tundidores: 4 consumiciones con tapa, un plato de pipirrana y otro de lomo de orza por 25€.

Como estamos al lado del hotel, decidimos hacer el check in y descansar un poco del viaje.

El Palacio de los Salcedo es un hotel de 4 estrellas situado en un edificio gótico-renacentista del s.XVI, en el que destaca su patio de doble arcada.


Aunque solicitamos una habitación sin ventanas al exterior, nos ofrecieron cambiarnos a una habitación con balcón a la calle lateral sin incremento de tarifa. Reservamos la habitación desde la página web oficial, 119€ las noches del sábado y domingo, con desayuno incluido.

Antes de irnos, observamos con más detenimiento el techo de la entrada, decorado con un artesonado muy colorido.


A las 18h comienza la visita guiada en la oficina de Atlante en el Portal de Carbonerías. Al haber actividades de conmemoración de la declaración de la Unesco, algunos edificios cerrarían antes, como la Antigua Universidad, donde nos dirigimos en primer lugar. Allí se puede visitar el Paraninfo y la recreación del aula de Antonio Machado, donde dio clases de gramática francesa y que aún conserva el mobiliario de la época. Pero con el concierto previsto para esa tarde, sólo pudimos echar un vistazo al claustro.


Esta universidad se construyó en el sXVI, mucho antes de existir universidad en Úbeda o Jaén. ¿Y por qué fue así? El capellán de Baeza, Rodrigo López, sobrino del Papa Pablo III, logró la bula para tener la universidad en esta ciudad, arrebatándosela a Francisco de los Cobos, que la quería para Úbeda.

Aunque la universidad fue clausurada en el s.XIX, continuó con su labor de enseñanza. En la actualidad alberga un instituto de educación secundaria.

Desde allí fuimos a ver el interior de la catedral, donde se entremezclan diferentes estilos. En el s.XVI comenzaron las obras de la catedral gótica, con tres naves, pilares góticos y bóvedas de crucería. A mediados de ese siglo, un terremoto produjo graves daños, por lo que sólo se conservan los pilares y las bóvedas de la cabecera.

 

Andrés de Vandelvira fue el encargado de llevar a cabo la reconstrucción en estilo renacentista. Son impresionantes las bóvedas vaídas o de pañuelo, llamadas así por su parecido con la forma inversa de un pañuelo colgando de sus esquinas, y las columnas corintias.

También llama nuestra atención una preciosa lámpara palaciega de cristal, que originalmente estaba situada en la escalinata del Palacio de Jabalquinto y que perteneció a la familia Benavides.


En el lado opuesto de la cabecera está la sillería del coro, parcialmente perdida y destruida durante la Guerra Civil. También se desplazó su reja, obra del maestro Bartolomé, a los pies del templo. Protegida por ésta quedan la capilla Dorada y la capilla de las Ánimas, donde podemos observar el paso de la Última Cena.


Al lado del campanario, bajo un arco de medio punto se encuentra expuesta una joya de la orfebrería, la Custodia procesional.


Todavía quedan vestigios mudéjares en el exterior del templo: en algunas capillas del claustro, en la Puerta de la Luna y en un callejón lateral.

Salimos de la catedral para apreciar la plaza por la que la Unesco reconoció a Baeza como Patrimonio de la Humanidad (siempre ligada a la plaza del Salvador de Úbeda), la plaza de Santa María.

Como ya he comentado anteriormente, la fuente se mandó construir para conmemorar la llegada del agua canalizada a Baeza. Es una fuente "simétrica", en cada una de sus caras están esculpidos sendos maceros (lo que hoy en día conocemos como escoltas) y el escudo de Felipe II.


El Seminario de Felipe Neri, actualmente sede de la Universidad Internacional de Andalucía, completa el conjunto de la plaza. Ampliado hasta en tres ocasiones, su fachada está decorada con unas letras rojas. Son los vítores, una especie de orla de la época, donde firmaban los que terminaban sus estudios. Hechos con sangre de toro, óxido de hierro y hojas de acanto, esta tradición estaba restringida a los baezanos.

Siempre hubo mucha rivalidad entre Baeza y Úbeda, por lo que no es de extrañar que al lado del vítor de Diego de los Cobos, sobrino de Francisco de los Cobos, aparezca dibujado un señor haciendo sus necesidades en un bacín, insulto reservado a los ubetenses.


Las Casas Consistoriales Altas están adosadas a la catedral. En una ciudad llena de escudos nobiliarios, sólo en esta fachada podemos observar el de Felipe el Hermoso, el de Juana la Loca, el de Carlos V, el escudo de la ciudad y varios más.

El escudo de la ciudad se puede reconocer porque tiene en su parte superior una cruz de San Andrés. Esto es así porque Fernando III reconquistó la ciudad un 30 de noviembre, día de San Andrés.

También veréis que alguno de los escudos está inclinado, eso puede tener dos significados, que fuese un hijo bastardo o de ascendencia flamenca.


Bajamos hasta la plaza de Santa Cruz, donde se encuentra el Palacio de Jabalquinto, ejemplo del gótico isabelino.


En su interior se puede ver el típico patio renacentista. ¿Os acordáis de la lámpara palaciega de la catedral? Se ubicaba sobre esta impresionante escalera.


En esta misma plaza está la iglesia de Santa Cruz, uno de los pocos ejemplos de estilo románico que existen en Andalucía.

Nos acercamos hasta la plaza del Pópulo, que debe su nombre a un lienzo con la imagen de la Virgen del Pópulo, hoy en día desaparecido, y ubicado en el balcón que une las Escribanías Públicas con el arco de Villalar.


Su otro nombre, plaza de los Leones, se debe a la fuente que la preside, cuyas esculturas (dos leones y dos caballos) podrían proceder del yacimiento de Cástulo. Se cree que la escultura central es Imilce, esposa de Aníbal, decapitada durante la Guerra Civil al ser confundida con una virgen.

Como curiosidad, fijaos en la fachada del edificio de las Antiguas Carnicerías, que actualmente alberga los juzgados. No se encuentra en su ubicación original, sino que se trasladó piedra a piedra a esta plaza. Al ser el nuevo solar más pequeño, la fachada frontal se tuvo que acortar, colocando la "parte sobrante" en el lateral, una vez doblada la esquina; es decir, ventanas que antes quedaban en la fachada, pasan al lateral. Destaca el escudo imperial de Carlos V.


Una vez terminada la visita en el Portal de Carbonerías, nos dirigimos hacia el Ayuntamiento, antiguo palacio del corregidor y cárcel de justicia. En la fachada de estilo plateresco se diferencian claramente dos cuerpos.

A ambos lados de la puerta de la antigua cárcel hay dos cariátides, que representan a la caridad y la justicia.


Y un detalle que nos recuerda a las iglesias románicas, los canecillos que representan a niños, quimeras...


Terminamos nuestro paseo en el Torreón de la Puerta de Úbeda. No teníamos muy claro qué íbamos a encontrar allí, pero la muchacha de la taquilla nos convenció para que subiéramos por 1,5€/persona, y la verdad, no nos arrepentimos. El torreón acoge un pequeño centro de interpretación de la Baeza medieval y una exposición de armas de asedio (s.VII al s. XV). También podréis disfrutar de unas estupendas vistas panorámicas de la ciudad.


Desde allí podemos observar las ruinas de San Francisco. Se conserva toda la estructura de la iglesia menos la cubierta de la bóveda de la capilla mayor, destruida a comienzos del s.XIX tras un terremoto.


Nos recomendaron tapear en el Arcediano, una taberna que nos pareció muy auténtica y llena de gente local. Llegamos a primera hora y sólo quedaba una mesa alta sin ocupar. Cada consumición incluye una tapa, la que toca en ese momento (primera, segunda, tercera...). Como nosotros somos más de comer que beber, al ver pasar varias tostas de atún de Barbate (¡era especialidad fijo!) se nos antojó media ración y una ensalada de perdiz. ¡Todo riquísimo!

Todas las ciudades tienen su encanto de noche, así que dimos un paseo por el casco histórico. El día ha sido largo e intenso, por lo que volvimos pronto a descansar al hotel. Al día siguiente nos esperaba otra buena jornada para conocer Úbeda.

26 de octubre de 2017

Renacimiento jiennense en 3 días

El Renacimiento es el movimiento artístico que más ha marcado el patrimonio histórico y monumental en la provincia de Jaén, siendo su mayor representante Andrés de Vandelvira. Seguiremos las huellas de Vandelvira por dos ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad (Úbeda y Baeza) y por Jaén. 

Justo en el momento del viaje se cumplía el decimocuarto aniversario de la declaración de Úbeda y Baeza como ciudades Patrimonio de la Humanidad, por lo que nos encontramos con ferias medievales y otras actividades para celebrarlo.


Duración del viaje: 1 al 3 de julio 2017

Alojamiento: Hotel Palacio de los Salcedo (Baeza)

Itinerario: El sábado paseamos por el casco histórico de Baeza, de mano de los guías de Atlante, en el que destaca la plaza de Santa María. El domingo continuamos la ruta por el casco histórico de Úbeda y su impresionante plaza de Vázquez de Molina, con su Sacra Capilla Funeraria del Salvador presidiéndola. El lunes, ya de vuelta a casa, descubrimos Jaén.

Antes del viaje: Para que preparéis vuestra visita por la provincia de Jaén, os recomiendo que consultéis la siguiente web www.renacimientodelsur.es 

Diario de viaje: