26 de junio de 2018

Rincones de Sevilla: Monumento Natural Cascadas del Huéznar

Nos tenemos que desplazar hasta la Sierra Norte de Sevilla para poder disfrutar de este rincón idílico. Declarado Monumento Natural en 2001, este tramo del río Huéznar se caracteriza por una serie de saltos de agua que han favorecido la formación de unas rocas carbonatadas y porosas llamadas travertinos


¡Llegar hasta aquí no tiene pérdida! El acceso se encuentra junto a la carretera que va desde San Nicolás del Puerto a Cazalla de la Sierra, la SE-7101 en el km 12. Hay dos aparcamientos habilitados, uno un poco más arriba y señalizado con un letrero de "Monumento Natural a 100m"; el otro en el área recreativa de El Martinete.


El sendero comienza en el área recreativa, donde nos encontramos una zona preparada con barbacoas (no utilizables del 1 de junio al 15 de octubre), mesas y bancos de piedra para hacer picnic. ¡No tengáis miedo en atravesar el patio del bar para llegar hasta aquí!

Estamos ante un paseo de 600 metros y de dificultad baja en el que vamos ascendiendo siguiendo el cauce del río, rodeados de abundante vegetación, un bosque de galería en el que predominan sauces y fresnos.


Las intensas lluvias caídas durante la primavera, nos permiten disfrutar de un bonito espectáculo, tanto visual como sonoro.


Aunque el recorrido está protegido con barandillas de madera, no es raro que os encontréis gente al otro lado. Recordad que el guarda puede llamaros la atención, ¡como a nosotros mientras nos hacíamos fotos!

Bañarse resulta tentador, pero está prohibido. Si es un día caluroso, sólo tenéis que acercaros a la playa fluvial de San Nicolás del Puerto para daros un chapuzón.


¡Una excursión perfecta para ir con niños, sobre todo en días calurosos de primavera o verano, donde se agradece la humedad de la zona!

18 de junio de 2018

18 de junio de 2018 - , , Sin comentarios

Rincones de Sevilla: Baños árabes, Aire de Sevilla

Hoy os voy a proponer un plan para desconectar de la rutina y recargar las pilas en pleno centro de Sevilla: los baños árabes Aire de Sevilla. Desde que en 2011 mi compañera de piso me habló sobre este lugar, lo apunté en mi lista de planes futuros, y aunque he tardado ¡siete años! en ir, estoy segura de que repetiremos.

Hicimos la reserva a través de su página web con sólo tres días de antelación, por lo que no estaban disponibles ni todos los tratamientos ni todos los horarios y es que para reservas en fin de semana te recomiendan hacerlo dos o tres semanas antes. Elegimos un horario perfecto, sin demasiada afluencia de gente, el turno de 19 a 21h, mientras se jugaba el partido del mundial de España-Portugal.

Al llegar a la recepción, te hacen entrega de unas pulseras según los servicios contratados y se espera en un patio interior hasta la hora de entrada. El personal es muy atento y en todo momento te indica los pasos a seguir. 


@andalucia.org

Sólo necesitas llevar un bañador, todo lo demás te lo facilitan. Al entrar en los vestuarios te dan una toalla, que debes dejar en una taquilla electrónica (que se cierra con el código de cuatro números que tú elijas), un albornoz y unos escarpines que no podrás quitarte durante todo el recorrido.

Nada más entrar se respira paz y tranquilidad, conseguidas gracias a una iluminación tenue con velas y música ambiente.

Para descansar entre sala y sala, hay una zona de relajación con bancos de mármol y agua fría, té frío y caliente.

@andalucia.org

Comenzamos el recorrido libre por la sala de mil chorros (jacuzzi). Continuamos por el flotarium (piscina de sal). Seguimos por el hammam (sauna) y finalizamos en las piscinas de contraste.

@beaire.com

Uno es capaz de desconectar mientras flota. El ambiente te invita a la meditación, si el de al lado te lo permite. Por eso, aunque haya aforo limitado, lo mejor es que si podéis, elijáis horas y turnos de menor afluencia. 

@andalucia.org

La sala que más nos gustó fue la de las piscinas de contraste. Tres piscinas con agua a diferentes temperaturas: agua templada (36º), agua caliente (40º) y agua fría (16º). Esta última es sólo para los más valientes, con lo friolera que soy, conseguí meterme hasta las rodillas.

@andalucia.org

En esta casa palacio del s.XVI cuidan todos los detalles: la decoración, la música y la iluminación. Llaman nuestra atención la bóveda de ladrillo de la piscina de sal, el techo artesonado de la piscina de agua templada y las velas perfectamente colocadas en los rincones.

¿Cómo sabemos cuándo nos van a dar el masaje? Te buscan por todas las estancias para avisarte. Se rompe un poco la tranquilidad y hay que estar más o menos pendiente. 

Nosotros contratamos la opción de baño termal y 15 minutos de masaje. Consiste en 90 minutos de circuito, incluyendo el tiempo de un masaje por espalda, piernas y brazos. Aunque pueda parecer poco tiempo, salimos como nuevos. Sobre todo porque nos sobraron unos minutos para relajarnos de nuevo en las piscinas de contraste.

¿Cómo sabemos a qué hora nos tenemos que ir? Al finalizar el turno suena una campanita. Tened en cuenta que por lo menos sonará dos veces mientras estéis a remojo, ya que cada hora entra un grupo nuevo.

De vuelta al vestuario descubrimos que en las duchas hay gel, champú y acondicionador. En los lavabos también podemos encontrar cremas hidratantes, desodorantes, peines, gomina y secador de pelo. Al salir nos encontramos unas bolsas de plástico para meter los bañadores mojados.

Es el plan perfecto para evadirse del ajetreo de la vida diaria. ¿Por qué no regalar un pack para celebrar cualquier ocasión especial? ¡Y es que un capricho de cuando en cuando no hace daño!

13 de junio de 2018

Aterrizaje en Cracovia y minas de sal

Suena el despertador un poco más temprano de lo habitual, pero no importa, porque hoy ¡comienza un nuevo viaje!

Sería nuestro primer vuelo tras el cambio de política de equipaje de mano de Ryanair: sin prioridad de embarque no podrás subir a bordo dos bultos. Pensábamos que a lo mejor llevando como único bulto una maleta de 55x40x20cm nos dejarían subirla, pero no cuela, la bajan directamente a la bodega sin cargo. Recordad, sólo maletas/bolsos que quepan debajo del asiento (35x20x20cm) si el billete es no prioritario. Es cierto que con esta medida el embarque es mucho más rápido, pero para los que no solemos facturar es un inconveniente tener que esperar nuestro equipaje a la llegada. Despegamos a las 7:20 de Sevilla como estaba previsto. 

Tras un vuelo de casi 4 horas y esperar a nuestras maletas, nos dirigimos hacia la estación de tren del aeropuerto, situada dentro del mismo y muy bien señalizada. Cometemos un error de novatos, esperar a llegar al andén para comprar los billetes. Si veis durante el recorrido hasta la estación máquinas expendedoras de "Malopolska", son las del ferrocarril, comprad allí los tickets. ¡Menuda cola! Y encima parece que sólo saca tickets de uno en uno. Posteriormente descubrimos que es posible sacar varios tickets a la vez siguiendo estos pasos: One-Pass-Tickets<Train-one-pass-tickets<Buy other single fare ticket<Date=End-to-End<Select initial stop-final stop. Si vais al centro de Cracovia vuestra parada es Krakow Glowny (9PLN). No es necesario que tengáis zlotys, se puede pagar con tarjeta. En el interior de los trenes también hay máquinas, pero creo recordar que sólo admitían dinero en efectivo. 

@inyourpocket.com

En unos 20 minutos llegamos a la estación central. En la galería Krakowska, el centro comercial en que se encuentra la estación, está uno de los Kantor donde ofrecen mejor cambio. El que buscábamos está en la primera planta, cerca del Carrefour. Nos convenció el cambio de 4.14PLN por €, siendo el oficial de 4.17PLN. Por curiosidad miramos en otras casas de cambio, sobre todo cerca del casco histórico, donde sólo te daban entre 4 y 4.05 PLN. No os dejéis engañar por el cambio inverso, que suele ser el que aparece a la entrada. En un free tour corroboramos que habíamos recibido mejor cambio que el resto.

El hotel Batory está muy cerca de la estación, y aunque se supone que no nos podemos registrar hasta las 14h, nos acercamos para dejar las maletas. Como nos están preparando la habitación esperamos 15 minutos para acomodarnos.

Nos queda poco más de una hora para irnos a Wieliczka, así que decidimos comprar algo rápido en una panadería justo al lado del hotel: dos trozos de una especie de pizza (con una masa algo distinta a la italiana) y un paczek (bollo relleno de mermelada de frutas) por 8PLN.

Aprovechamos para hacer una rápida incursión a la plaza medieval más grande de Europa, incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad, una plaza que nos ha enamorado, la Plaza del Mercado (Rynek Glowny). Presidiendo el casco histórico, cuenta con algunos de los edificios más importantes de la ciudad: la basílica de Santa María, la Lonja de los Paños y la Torre del Ayuntamiento.


La fachada principal de la basílica de Santa María nos llama la atención por su asimetría, con una torre de mayor altura que la otra y coronadas de manera diferente. Según la tradición, en el s.XIII se encargó su construcción a dos hermanos arquitectos. A medida que las torres ganaban altura, también lo hacía su competencia y rivalidad por construir la torre más alta y más bonita en el menor tiempo posible. En un arrebato de celos, uno de ellos apuñaló al otro y lo mató. Sin embargo, finalmente, los remordimientos pudieron con él y acabó tirándose desde una de las torres.

Y como parece que estamos rodeados de leyendas, ahí va otra. Cada hora en punto, y hacia los cuatro puntos cardinales, un trompetista se asoma a la torre más alta y entona una melodía que se ve bruscamente interrumpida. Es en recuerdo a un trompetista asesinado mientras avisaba a la ciudad de un ataque tártaro.


Tras oír la leyenda de la construcción de las dos torres, encontramos una posible explicación al cuchillo que vemos colgando de una cadena en uno de los pórticos de la Lonja de los Paños (Sukiennice), podría ser el que utilizó uno de los hermanos para asesinar al otro.


Es un edificio de estilo renacentista con planta rectangular y arcadas donde antiguamente se intercambiaban textiles, sal y sedas o especias de Oriente. En la actualidad la primera planta alberga piezas del museo nacional de Cracovia, mientras que la planta baja es una galería comercial con puestos en los que se puede comprar productos artesanos y souvenirs típicos polacos. ¡Tenemos que subir a esa terraza a tomar algo!


En uno de los extremos de la plaza encontramos la torre del Antiguo Ayuntamiento, los únicos restos que quedan en pie de esta construcción derribada en el s.XIX.


En la plaza también se concentran muchos carruajes de caballos, muy engalanados, otra manera diferente de recorrer el casco histórico de Cracovia. 

Merece la pena fijarse en algunos detalles de la plaza, como por ejemplo el bajorrelieve de dos africanos en la esquina con la calle Florianska, que hace referencia a la farmacia llamada Ad Aethiopes, situada allí en el s.XVI.


¡Hora de volver a la estación! Compramos en las taquillas los billetes hacia Wieliczka. Os tenéis que bajar en la parada Wieliczka Rynek Kopalnia (3.5PLN/billete).

Como es casi imposible cuadrar la hora de la visita con los horarios de los trenes llegamos casi una hora antes, por lo que decidimos dar un rápido paseo por el pueblo. Os encontraréis paneles informativos con los puntos de mayor interés. Una de las cosas más curiosas que encontramos fue una pintura en 3D que ofrece una panorámica de la capilla de Santa Kinga vista desde el exterior, como si se hubiera desprendido el techo.



Todavía queda tiempo para tomar un café en una terraza a la sombra, café que sirven en un tazón de desayuno. ¡Qué difícil es acostumbrarse a esto! ¡Y qué buena temperatura! Hemos dejado Sevilla con lluvia y aquí rondan los 22ºC.

Si queréis conocer las minas de Wieliczka sin excursión organizada, tenéis que reservar previamente las entradas por Internet. La visita es guiada, y hay pocos horarios en español, por tanto, os recomiendo que reservéis con suficiente antelación.

Para reservar las entradas, a menos que participéis en una excursión organizada desde Cracovia, debéis hacerlo desde la siguiente página. Aunque existen varios itinerarios, el principal y el que se recomienda para una primera visita, es el turístico. Su tarifa general es de 89PLN.


Los tickets se deben recoger al menos 15 minutos antes del horario de la visita en una garita al lado de la entrada y con ellos dirigirse a las filas para visitas individuales clasificadas por idiomas.

Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978, estas minas llevan en funcionamiento desde el s.XIII. Aunque la actividad minera se interrumpió en 1996 para continuar como centro turístico y de estudios geológicos y como balneario.

Recordad que la temperatura de las minas oscila entre 14 y 16º, por lo que en verano es necesaria una chaqueta.

Casi 3 kilómetros de galerías, 800 peldaños hasta llegar a una profundidad de 135 metros, 20 cámaras excavadas en sal y excepcionales esculturas de sal nos esperan. Comenzamos el recorrido bajando 380 escalones (64 metros) hasta llegar al primer nivel.

Unos apuntalamientos de madera nos abren el paso hacia las distintas cámaras, donde se hace patente el esfuerzo de los mineros. Nos encontramos estatuas de personajes famosos como Nicolás Copérnico, uno de los primeros turistas que visitó la mina. ¡Y es que los mineros se debían aburrir mucho, ya que en sus ratos libres se dedicaban a tallar estas estatuas!

La pureza de la sal se demuestra con una linterna, iluminándola y viendo su transparencia. ¡Aunque vimos a alguno chupar la pared para comprobarlo!

En estas cámaras también hay muchas escenas representadas, como la de la leyenda de Santa Kinga, hija del rey de Hungría y prometida del príncipe de Cracovia. Como dote para la boda, le pidió a su padre sal, muy valiosa en aquella época. Éste le concedió la mina de sal de Maramuresz, donde arrojó su anillo de compromiso. Pidió que se excavara un pozo en Wieliczka, donde encontraron un bloque de sal y en su interior ese mismo anillo.



Durante todo el recorrido, también podemos encontrar diferentes recreaciones de cómo se ha trabajado en la mina en las distintas épocas: las herramientas de extracción y el transporte.

En honor a Santa Kinga, la patrona de la mina, se construyó el lugar más espectacular de la mina: una capilla subterránea. Nos sorprende conocer que fue tallada sólo por tres mineros. Todo es de sal, desde el suelo hasta las lámparas de araña del techo, pasando por los cuadros esculpidos en las paredes.

¿Os imagináis celebrar vuestra boda aquí? ¡Porque es posible! La capilla se puede reservar para celebrar ceremonias privadas, y no os preocupéis, que para llegar no tenéis que bajar infinitas escaleras, sino que se puede acortar utilizando un ascensor.


¿Os habéis fijado en este relieve de la Última Cena? Nos dejan diez minutos a nuestro aire para fijarnos en todos los detalles de la capilla.



La cámara Michatowice también es sorprendente, con esa estructura de madera de 35 metros de altura utilizadas para apuntalar paredes y techo. Mirad hacia arriba, ¿encontráis el fin?


Tras la visita guiada de 2 horas, podemos ver por libre el museo o acceder a una sala interactiva, donde entre otras cosas se proyecta una película en 3D sobre las minas. Como apenas quedaba una hora para el cierre, decidimos prescindir del museo e ir directamente hasta la sala interactiva.

El regreso a la superficie se realiza por medio de un estrecho y antiguo montacargas minero, en el que más de uno puede llegar a sentir claustrofobia. Pero mucho mejor que subir de nuevo 800 escalones, ¿no?

Regresamos a Cracovia en tren y buscamos un sitio para cenar. Muy cerca de la Plaza del Mercado encontramos una taberna local, la Gospoda Koko, donde comimos dos menús con entrante de sopa, ensalada y plato de carne más guarnición y bebida por 44PLN en total. Comida típica casera, a un precio muy asequible y en cantidad.

Nos damos un paseo por el centro para ver todo con otros ojos, pero estamos tan cansados, que volvemos pronto al hotel. ¡La paliza de hoy ha merecido la pena! Mañana nos esperan la colina de Wawel y el casco histórico. 

6 de junio de 2018

Cracovia en 3 días y medio

Un puente de cinco días, nuevas conexiones en el aeropuerto de Sevilla y muchas ganas de viajar por Europa, nos hizo plantearnos ¡a menos de dos semanas! una escapada a Cracovia. Declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, es una de las ciudades medievales más bonitas en las que hemos estado.

Duración del viaje: 18 al 21 de abril 2018

Alojamiento: Hotel Batory

Itinerario: Tras aterrizar el miércoles a mediodía en Cracovia y dejar las maletas en el hotel, paseamos por la Plaza del Mercado. Por la tarde nos dirigimos hacia las minas de sal de Wieliczka. El jueves continuamos la ruta por el casco histórico de Cracovia. El viernes conocimos Auschwitz y el barrio judío de Cracovia. El sábado nos despedimos de la ciudad volviendo a recorrer alguno de sus puntos de interés.

Antes del viaje: Si tenéis pensado hacer la visita a las minas de sal de Wieliczka o al campo de concentración de Auschwitz, es mejor reservar o contratar con antelación la excursión para evitar colas o quedarte sin entradas, sobre todo en temporada alta. Nosotros nos decantamos por Civitatis para hacer la visita a Auschwitz, mientras que la visita a las minas de sal la hicimos por libre, reservando las entradas en su página web.

Moneda: El zloty (PLN) es la moneda oficial de Polonia. En el momento del viaje, su cambio oficial era de 4.17 PLN por €. Uno de los Kantor que da mejor cambio es el de la Galería Krakowska, en la planta 1, al lado del Carrefour.

Diario de viaje: