19 de febrero de 2019

Guía práctica: Valencia en 4 días

Seguro que vosotros también encontráis una (o muchas) buenas razones para descubrir Valencia fuera del período estival. Ya sea porque presume de tener 300 días de sol al año, por la arquitectura vanguardista de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, por su gastronomía o por alguna de sus fiestas populares. No importa en qué estación estemos, Valencia nunca defrauda.

La siguiente guía práctica está basada en la ruta que seguimos durante el puente de diciembre, empezando el jueves a mediodía y volviendo a casa el domingo después de comer.

Día 1

Primera incursión a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Calatrava. Realizad una ronda de reconocimiento para identificar cada uno de los edificios que componen el recinto: Palacio de las Artes (teatro ópera), Museo de las Ciencias, Hemisfèric (cine IMAX), Ágora (sala de exposiciones) y Oceanogràfic (acuario). 

Os recomiendo que reservéis un día completo para descubrir sus interiores.


En este paseo recorred el Umbracle y deteneos a conocer curiosidades del Sol, la luna y las estrellas en el Jardín de la Astronomía. Una exposición gratuita al aire libre de objetos dedicados a la observación y medición del cielo. ¡No os vayáis sin verificar la hora civil en el reloj de sol "corregido"! En este peculiar reloj, el gnomon se ha sustituido por un analema (una curva con forma de 8) que tiene en cuenta la fecha y latitud de Valencia.

@cac.es

Dependiendo de vuestro ritmo y del número de fotos que hayáis realizado, probablemente sea la hora de comer. En esta zona, donde hay más oferta de restauración es en el Centro Comercial El Saler. Os recomendamos dos buffets: Neco (cocina mediterránea) y Brasa y Leña (churrascaría brasileña).

Para llegar al casco histórico, una buena opción es seguir el antiguo cauce del río Turia, aunque hay que andar un poquito (35-40 minutos). Debido a las continuas inundaciones que sufría la ciudad, se desvió el cauce del río, convirtiéndose en la década de los 80 en un parque urbano, el Jardín del Turia. Cuenta con 9 kilómetros de longitud desde el Parque de Cabecera hasta la Ciudad de las Artes y las Ciencias, atravesando 18 puentes de diferentes épocas y estilos arquitectónicos y dejando a ambas orillas algunos de los principales museos y monumentos de la ciudad.

Tenéis que parar sí o sí en el Parque Gulliver, donde este gigante tumbado inspirado en el cuento, hace las delicias de los niños (y no tan niños), que aprovechan los pliegues de su ropa, sus extremidades y su cuerpo entero para deslizarse. ¡Cuidado que algunos de estos toboganes son muy empinados!

@valenciabonita.es

Os podéis plantear la siguiente ruta (pdf) para no perderos ni uno de los monumentos, plazas y edificios más emblemáticos del casco histórico.


Y para cenar, ¿os apetece conocer Ruzafa, el barrio de moda? Siguiendo la recomendación de un amigo, descubrimos Malmö (grupo Copenhagen), nuestro primer restaurante vegetariano. Quedamos gratamente sorprendidos y cenamos de lujo: dos menús degustación (18€/pers sin bebida) con cinco entrantes a compartir (bombón de faux-grass, trío de dips, guacamole, croquetas de boletus y avellanas, ensalada de fresa), un plato principal a elegir (arroz japonés y huevo campero a baja temperatura) y tres postres a compartir (tarta semifría de queso, brownie de pistacho y mousse), más dos bebidas por 40.3€. Para los más reacios a probar este tipo de restaurantes, ¡no pasamos ni pizca de hambre!


Día 2

Al menos se necesita un día completo para disfrutar sin prisas de los fondos marinos en el Oceanogràfic, descubrir los secretos de la ciencia en el Museo Príncipe Felipe y ver una proyección en el Hemisfèric.

Para evitar las colas en las taquillas, comprad las entradas vía internet. La entrada conjunta os permite entrar en los tres recintos en uno, dos o tres días consecutivos (una vez por recinto).

Reservad al menos tres o cuatro horas para no perderos nada del Oceanogràfic. La duración de la visita siempre dependerá de vuestro ritmo, de la aglomeración de personas y sobre todo, de si tenéis previsto disfrutar de alguna exhibición. Es conveniente planificar la visita desde la hora de apertura o después del almuerzo.


Coged un plano, trazad una ruta de acuerdo a vuestros gustos, teniendo en cuenta los horarios de los espectáculos a los que queréis asistir y descubrid los distintos ecosistemas marinos que se recrean en este acuario de 110000 m2.


Buscad a Nemo y Dory en los mares templados y tropicales, pasead entre tiburones por los océanos, observad los diferentes tipos de medusas y caballitos de mar propios del Mediterráneo o cómo se alimentan los graciosos pingüinos del Antártico (¡nuestros favoritos!).



Pero sin lugar a dudas, la estrella del Oceanogràfic es la beluga, ya que aquí se encuentra la única familia de esta especie que se puede ver en Europa (zona del Ártico).


Si queréis descubrir el arrecife coralino del Mar Rojo, podéis hacerlo desde las 10:00 a las 11:00 sin necesidad de pagar la entrada adicional de cine 4D.

Se recomienda acudir al delfinario entre 45 y 60 minutos antes del espectáculo, un animador entretiene la espera. Por megafonía avisan cuando el aforo está completo, pero... ¡te siguen dejando subir por las escaleras 3 y 4! Acercaos por si las moscas. Nosotros estuvimos en lo alto de las gradas, sentados sobre poyetes, aunque había incluso gente de pie que llegó más tarde.


Merece la pena visitar este acuario, el más grande de Europa, pero personalmente nos sorprendió mucho más el Oceanário de Lisboa.

Si tenéis algo que celebrar, no os importa pagar un menú con un precio medio-alto y os entusiasman las especies marinas, os recomiendo que reservéis para comer en el Restaurante Submarino.Si no es vuestro caso, hay una gran oferta de restauración en el centro comercial El Saler, a 5-10 minutos andando.

Tras la comida, es hora de conocer el Museo Príncipe Felipe, cuyo lema es Prohibido no tocar. Si sólo tenéis interés "constructivo" por el edificio, podéis atravesar su planta baja de manera gratuita y ver la exposición temporal.


Explorar Marte, jugar con la ciencia o ver cómo en un par de incubadoras rompen su cascarón unos polluelos al nacer, son algunas de las actividades que se pueden realizar en este museo. Aunque nos encantan los museos interactivos, éste ha supuesto una decepción debido a la falta de mantenimiento de algunos puestos interactivos muy antiguos, y a que está principalmente enfocado a los niños y no al público en general (como otros museos de este tipo).

Para terminar el día, ¿os apetece disfrutar de una película en el Hemisfèric? ¿Os habéis fijado en que representa un ojo humano? Gracias a su gran pantalla cóncava (IMAX, 3D, proyecciones digitales), el espectador consigue formar parte de la proyección audiovisual y se sumerge en la aventura. Si queréis ver la cartelera, pulsad aquí.


Si tenéis la posibilidad, acercaos a la Ciudad de las Artes y las Ciencias en dos momentos del día, para observar (y fotografiar) todos los edificios con dos tipos de luz. ¡Veréis como cambian!


Ciudad de las Artes y las Ciencias
  • Horario
  • Tarifas
  • Dónde aparcar:
    • Umbracle: 
      • Horario: L-D 8:00-24:00 
      • Precio: 6€/día (presentando cualquier entrada CAC) o 2.3€/h (máx. 24€)
    • Parking Centro Comercial El Saler:
      • Horario: L-J 8:00-2:00, V 8:00-4:00, S 8:30-4:00, D 9:15-2:00
      • Precio: 
        • Gratis, excepto L-V 8:00-14:00
        • Gratis 3h en ese horario por compra mín. 20€
        • 0.0513€/min (máx. 18€)

Día 3

Si os atrae el modernismo, no os podéis perder el legado presente en Valencia. Al igual que en otras ciudades europeas, este movimiento artístico llegó atraído por la nueva burguesía adinerada, con la construcción del ensanche y en el que se integraron elementos de la cultura popular y regionalista valenciana

La mayor concentración de edificios modernistas se encuentra en la Gran Vía del Marqués de Turia, aunque en el centro histórico podemos disfrutar de la Casa del Punto de Gancho, del edificio de Correos y otros en la calle de la Paz. Pero sin lugar a dudas, los imprescindibles son los Mercados Central y de Colón y la Estación del Norte. Este último es un buen punto para comenzar una ruta similar a la del día 1 por la tarde, esta vez visitando interiores.


Es uno de esos lugares en los que al entrar parece que has retrocedido en el tiempo. Al ver esas preciosas taquillas de madera noble, ¿no os entran ganas de comprar un billete de tren? El vestíbulo está decorado con mosaicos en los que la frase "Buen viaje" en distintos idiomas da la bienvenida a todos los pasajeros, independientemente de su nacionalidad.


La antigua cafetería, sala que se encuentra a la derecha según entráis por la puerta principal, está completamente recubierta por paneles cerámicos que representan la huerta valenciana, sus paisajes y costumbres. ¿Esas barracas valencianas no os recuerdan a las casas de Santana en Madeira?


La plaza del Ayuntamiento es el centro neurálgico de la ciudad. Está como su propio nombre indica, flanqueada por el Ayuntamiento, el edificio de Correos, unos pocos quioscos de flores y durante la época navideña una gran pista de patinaje y un carrusel.


Entrad para descubrir el espectacular salón de cristal, que se puede visitar ¡gratis! siempre que no se esté celebrando un acto oficial. En Navidades tiene un atractivo añadido, un belén artístico.

¡Admirad la fachada del edificio de Correos! Llama la atención su torre metálica coronada con un globo terráqueo, réplica de la original. Su tema decorativo principal es la eficacia, velocidad y alcance de las comunicaciones. Unos ángeles que portan cartas y otros símbolos (telegráficos), junto a un barco y una locomotora de tren, nos recuerdan al reparto del correo postal de principios del s.XX. ¿Sabíais que las esculturas del tímpano representan los cinco continentes?



Merece la pena pararse a observar los detalles de la fachada del Palacio del Marqués de Dos Aguas. Labrada en alabastro, en su parte inferior dos atlantes vierten agua como alusión a dos ríos valencianos: el Júcar y el Turia, mientras que en su parte superior hay una hornacina con la Virgen del Rosario. Alberga en su interior el Museo Nacional de Cerámica.


Acceded a la Plaza Redonda por una de sus cuatro "puertas". Esta plaza interior, de planta circular y muy luminosa, está rodeada por comercios tradicionales de artesanía, tiendas de recuerdos y bares de tapas. Desde la fuente se puede observar desde otra perspectiva el campanario de la iglesia de Santa Catalina.


Si queréis disfrutar del bullicio de un mercado, descubrid el Mercado Central, ideal tanto para comprar productos frescos como para curiosear entre los puestos. De lunes a sábado de 7 a 15h. 



Justo enfrente se encuentra la Lonja de la Seda, un lugar que no debéis dejar de ver en Valencia. Declarado Patrimonio de la Humanidad, es uno de los monumentos más representativos del gótico civil europeo. Consta de tres estancias diferenciadas y un jardín, el Patio de los Naranjos. El torreón fue utilizado como prisión de mercaderes morosos en el pago.


Deteneos en la Sala de Contratación a observar la singularidad de las 8 columnas de 17.4m de altura que sostienen la bóveda. 


Disfrutad de una proyección en la Sala del Consulado del Mar. Subid hasta la primera planta, a la Cámara Dorada y levantad la vista para no perderos su artesonado de madera policromada. 


La Plaza de la Reina es una de las más concurridas de la ciudad. ¿Queréis hacer una parada en la horchatería El Siglo o la de Santa Catalina para degustar una horchata con fartons?


Si sois de los que os gusta conocer las ciudades desde las alturas, no dudéis en subir la estrecha escalera de caracol del Miguelete, campanario de la Catedral, para admirar la panorámica.


¿Sabíais que el Santo Grial se encuentra en la catedral de Valencia? Sí, la documentación y estudios arqueológicos llevan a pensar que este cáliz fue el utilizado por Jesús en la Última Cena.



Rodead la catedral hasta llegar a la Plaza de la Virgen, donde se encuentra la Puerta de los Apóstoles. Cada jueves no festivo, a las doce del mediodía se reúne el Tribunal de las Aguas. Un proceso oral, en lengua valenciana y frente a un público presente, con el que sus miembros imparten justicia y resuelven los conflictos derivados del uso y el aprovechamiento del agua de riego entre los agricultores.


Un arco comunica la catedral con la Basílica de la Virgen de los Desamparados, un templo de planta elíptica que alberga la imagen de la patrona de Valencia. ¡Levantad los ojos para admirar la bóveda!


Detrás de la plaza de la Virgen se encuentra la Plaza de la Almoina. Bajo ella está el mayor yacimiento arqueológico de Valencia. Llamara vuestra atención un edificio modernista, la casa del Punto de Gancho.


A lo largo de sus historia el casco histórico de Valencia ha sido protegido con hasta tres murallas defensivas: romana, árabe y medieval. 

De la muralla medieval, derruida a mediados del s.XIX, aún permanecen en pie unas robustas torres que formaron parte de dos de sus puertas: las torres de Serrano y las torres de Quart. ¿Os animáis a admirar las vistas desde arriba?


¿Sabíais que el Portal de la Valldigna era un antiguo acceso entre la ciudad cristiana y la morería, construido sobre la muralla árabe? Y es que forma parte del barrio del Carmen, que creció delimitado por ambas murallas. ¿Os apetece tapear por este barrio bohemio?

Nosotros elegimos para comer La Comisaría, un local pequeño pero acogedor, en el que como curiosidad en una pantalla puedes ver el emplatado del chef antes de que llegue a tu mesa. Cocina de fusión (nos encantan los "apellidos" que acompañan en la carta a los platos): mousse de queso, bravas asiáticas, tataki de atún rojo, secreto ibérico y dos bebidas por 40€. Acostumbrados a los restaurantes de Sevilla, en los que a las 13-13:30 ya está abierta la cocina, en esta zona, de manera general, hay que esperar hasta las 14-14:30.

Callejead por el barrio en busca del arte urbano. Un museo gratuito y vivo, al aire libre, donde los autores han dejado parte de su talento. Por desgracia, algunas obras se han visto atacadas por gamberros.

 


En el corazón del barrio, en la plaza del Carmen, podéis disfrutar de un precioso mural.



Uno de los murales de la calle Moret, el de Fotografía de un beso (¡prohibido no besarse al pasar por delante!) dice que hay calles de paso y una calle donde todo pasa. A lo largo de esta calle se reúnen varios de los grafitis más conocidos de la ciudad.



Disfrutad de un paseo por la Plaza de Tossal, la calle de San Dionisio, las calles Alta y Baja, la calle  Na Jordana... ¡perderos por el barrio, sin dejar de buscar al ninja (o quizás sea un ladrón), el personaje de David de Limón que os espera en rincones imposibles!

Si disponéis de tiempo adicional, no dudéis en visitar el Museo de la Cerámica en el Palacio de Marqués de Dos Aguas. ¿Recordáis su preciosa fachada de alabastro? Su interior tampoco os dejará indiferentes. Los sábados (tarde) y domingo (mañana) la entrada es gratuita.

Un recorrido hacia el pasado en un precioso palacio con estancias ostentosamente decoradas, con mobiliario de época y donde se exponen muestras de alfarería española y extranjera de la colección de González Martí.


Uno de nuestros rincones favoritos es la cocina valenciana recreada en la segunda planta. 



Un poco más desconocida para el turismo es la llamada Capilla Sixtina valenciana. Los frescos pintados en el techo de la iglesia de San Nicolás sorprenden al visitante.

Otras visitas recomendables en el centro histórico son el Palau de la Generalitat, el Museo Arqueológico de l'Almoina o la cripta de la cárcel de San Vicente Ferrer.

¡Tenéis muchas opciones entre las que elegir para completar el día! En la página oficial de turismo de Valencia http://www.visitvalencia.com encontraréis información sobre los principales lugares de interés turístico de la ciudad para planificar vuestra escapada.

Día 4

A tan sólo 10km al sur de Valencia se encuentra el Parque Natural de la Albufera, el humedal costero más representativo de la Comunidad Valenciana. Para descubrir la gran diversidad de ecosistemas presentes en esta laguna litoral existen diferentes rutas senderistas y/o cicloturistas.

Para conocer cuáles son estas rutas y cuál es la más aconsejable para vosotros, el mejor punto de partida es el Centro de Recepción de Visitantes Racó de l'Olla. Tened en cuenta que su horario es de 9 a 14h todos los días de la semana y fuera de este intervalo de tiempo el aparcamiento está cerrado.

Seguid el camino señalizado hasta la Torre-Mirador, desde dónde disfrutaréis de una vista panorámica de la zona. En los paneles del centro de interpretación podréis comprender cómo se formó la Albufera y su evolución hasta su fisonomía actual, un paisaje que evoluciona según la época del año debido al cultivo del arroz.


Recorred a pie un sencillo sendero entre los pinares que os llevará a un observatorio ornitológico. ¡No os olvidéis en casa los prismáticos!



El arroz es el producto estrella de la región, en todas las modalidades de paellas y arroces caldosos. Para degustar la gastronomía autóctona de la zona os podéis desplazar a El Palmar. ¿Os atrevéis a probar el all i pebre, cuyo ingrediente principal es la anguila?

Nosotros disfrutamos de un arroz al senyoret y un plato de all i pebre en la arrocería Maribel, más bebida por 51€. ¡De rechupete!

Si queréis comer en un restaurante determinado, reservad con antelación sobre todo para fin de semana o día festivo. Nosotros lo hicimos sobre la marcha el 9 de diciembre, último día del puente y por lo que nos comentaron, ya había menos movimiento que los días anteriores.

En un extremo del pueblo hay un aparcamiento vigilado por la Asociación de Hostelería de El Palmar, 2€ que te descuentan (sólo en el almuerzo) de la cuenta si se come en alguno de los restaurantes de la lista.

Para completar el día, podéis disfrutar de un paseo en una embarcación tradicional típica guiada por un patrón local que os mostrará las diferentes aves acuáticas de la laguna. Estos recorridos se realizan a lo largo de todo el día hasta la puesta de sol, sin horarios predefinidos, cuestan entre 4 y 5€ y salen desde los embarcaderos municipales de El Saler, Gola del Pujol, El Palmar y Catarroja.

Y aquí termina esta guía (quizás un poco ajustada) para aprovechar el tiempo al máximo en una escapada de otoño/invierno a Valencia. Hemos dejado en el tintero descubrir la Malvarrosa, los ninots indultados del museo fallero, el barrio de pescadores del Cabañal o el Bioparc (zoo dedicado exclusivamente al continente africano). ¡Para una próxima visita!