24 de abril de 2019

Toscana: Un día recorriendo el Valle de Orcia

¡Qué levante la mano quién no se ha planteado nunca una escapada a esta región tras ver Bajo el sol de la Toscana! Recorrer con un descapotable paisajes de película con suaves colinas desérticas, cuyo aspecto torna distinto según la época del año, y pueblos medievales con mucho encanto. 


Una zona que merece la pena descubrir, poco masificada turísticamente hablando, es el Valle de Orcia. Declarado Patrimonio Mundial de la Unesco, se extiende desde la provincia de Siena hasta el límite de la Toscana con Umbría.

La ruta realizada no es la típica, recordad que venimos desde Orvieto y hacemos noche en Siena. Hemos seleccionado Monticchiello, Pienza y San Quirico d'Orcia como paradas urbanas. Iremos en busca de las imágenes que aparecen habitualmente en las postales, muchas de las cuales se encuentran en la carretera que une Pienza con Bagno Vignoni.


Aunque nosotros alquilamos un coche por la libertad de horarios que supone, además de permitirnos llegar y parar en lugares difícilmente accesibles en transporte público, hay que tener en cuenta los siguientes factores para conducir (sin llevarse ningún susto) en la Toscana (también aplicable al resto de Italia):

-En gran parte de las localidades hay restricción de circulación para vehículos (zonas ZTL controladas con cámaras), si se accede a ellas sin permiso (o por error) te conviertes en carne de multa.
-Se pueden encontrar aparcamientos habilitados antes de entrar en zonas ZTL, pero normalmente no son gratuitos.
-Los italianos son conductores muy temerarios y agresivos, nosotros nos cruzamos con más de uno que adelantaba con raya continua en curvas sin visibilidad por carreteras secundarias.

Salimos de la autopista A1 (Roma-Firenze) dirección Monticchiello. Descendemos al pueblo por una serie de agradables curvas delimitadas por cipreses. Estamos recorriendo la que según dicen es la carretera más fotografiada de la Toscana. Vamos en busca de la imagen perfecta, para ello hay que continuar por la carretera SP88 dirección Pienza alejándose unos 150 metros del pueblo. Veréis a vuestra izquierda el acceso de una vivienda, la siguiente salida es un camino sin asfaltar que podéis seguir hasta llegar a una pequeña explanada para aparcar. ¡Menudo viento!


Merece la pena dar un paseo por el casco histórico de este pequeño pueblo, que aún conserva restos de su pasado como fortaleza medieval. Para aparcar no tendréis problemas, justo antes de entrar en la zona restringida al tráfico hay un aparcamiento gratuito.


Callejead para descubrir rincones con encanto y unas maravillosas vistas sobre el horizonte.



Como curiosidad, esta localidad es el escenario del Teatro Povero (teatro pobre) durante el verano, una representación que preparan y representan sus habitantes, iniciada en 1967 y que en la actualidad intenta reflejar la situación del país, su preocupación por la crisis social y política.

Nuestra próxima parada será Pienza, la aldea natal del Papa Pio II, quien la intentó transformar en una ciudad ideal según los canones renacentistas. Un proyecto que no pudo completarse debido a su muerte, por lo que los edificios monumentales quedaron concentrados en la plaza principal.

Aquí es un poco más delicado aparcar. Por suerte dejamos el coche en una zona residencial a menos de diez minutos andando del casco histórico y ¡en la que es legal aparcar! Hay que tener mil ojos, estad atentos a todas las señales verticales y a los colores de las líneas del suelo, hay zonas en las que sólo pueden aparcar residentes, otras en las que se tiene que regular con el disco y por un tiempo determinado, otras en las que está permitido aparcar en un horario según el día de la semana. Si vais a dejar el coche aparcado en la calle durante más de un día, es aconsejable revisar todas las señales cercanas.

La Porta al Prato nos invita a adentrarnos en el centro histórico de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Cuenta con unos frescos en su arco, que por desgracia no son los originales del s.XIV ya que la puerta fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial.


Siguiendo la comercial calle Rossellino, nos dirigimos hacia la Piazza Pio II, donde se encuentra la mayor parte del patrimonio histórico-artístico de Pienza. Con una peculiar forma trapezoidal, en ella destaca la catedral, situada frente al Palazzo Comunale (ayuntamiento) y junto al Palazzo Borgia y el Palazzo Piccolomini.



Delante de este último se encuentra un precioso pozo, en el que resulta difícil conseguir una foto sin turistas.


El jardín del Palazzo Piccolomini domina todo el valle de Orcia. Si no tenéis tiempo, dinero o ganas de entrar en este palacio, podréis contemplar unas vistas similares desde el paseo mirador que se encuentra tras la catedral.



Podéis continuar vuestro paseo hasta la Porta al Ciglio, justo en el extremo opuesto de la Porta al Prato. A la vuelta, os recomiendo ir sin rumbo, descubriendo rincones pintorescos.


El destino hizo que nos topáramos con la heladería Buon Gusto. El dueño y la dependienta son muy amables, te atienden en español y te dan a probar todos los sabores que quieras, clásicos y más atrevidos. Acepta todo tipo de sugerencias y combinaciones. Yo soy fan del chocolate, y normalmente elijo una bola que contenga este ingrediente, pero quien me iba a decir que podría chiflarme el helado de gorgonzola y pera. Me acuerdo de él y todavía me relamo.¡Soy una adicta al queso en cualquier formato!

Nuestra última parada será San Quirico d'Orcia, otro pequeño pueblo que desprende mucho encanto y que siempre ha sido lugar de descanso para los peregrinos que atraviesan la vía Francígena, una especie de Camino de Santiago, pero que en este caso, une Canterbury con la tumba de San Pedro en Roma.

Aparcamos el coche en la via dei Fossi, en una zona gratuita. Aún conserva parte de su recinto amurallado medieval, por el que accedemos al centro. Pasead sin rumbo fijo, todos los caminos os guiarán a sus monumentos principales, la Colegiata de San Quirico y Santa Giuditta y el jardín Horti Leoni.

Para la construcción de la colegiata, sobre una iglesia anterior del s.VIII, se empleó piedra arenisca y mármol travertino. En el exterior destacan sus increíbles portadas. Los capiteles y dinteles de los pórticos se esculpieron con figuras mitológicas, entre las que distinguimos dragones y sirenas.



El jardín Horti Leoni es un parque público de estilo renacentista, que alberga exposiciones temporales.


Podéis completar vuestra visita a este valle con una localidad curiosa, Bagno Vignoni. ¿Sabías que en su centro hay una enorme piscina termal rodeada de casas, en el espacio que normalmente ocuparía la plaza mayor?

@visittuscany.com

Pero sin lugar a dudas, el paisaje de este valle es lo que más os puede enamorar. Un paisaje que cambia de color con las estaciones. Una paleta de colores en la que contrastan tonos anaranjados, rojizos, ocres y verdes. Campos de amapolas, campos amarillos de cereal, campos de girasoles, viñedos o tierras desnudas recién labradas.


No seréis los únicos locos que aparcáis el coche en la cuneta y bajáis a hacer fotos. Hay muchas zonas preparadas para ello. Por ejemplo, en la carretera SR2, a la altura del km 189 descubriréis un pequeño bosque de cipreses en círculo muy fotografiado.


¿Os animáis como nosotros a hacer un road trip por este valle toscano? ¡Seguro que encontráis vuestra foto perfecta!