Salut mes amis! La primera vez que estuve en París tenía 9 años. Fue un viaje de una semana que hice con mis padres y mi hermano, visitando 4 días la ciudad y 3 días Disney Land. Tuvieron que pasar casi 20 años para volver una segunda vez. Desde entonces, y gracias a que tenemos "casa", hemos vuelto varias veces. Es una ciudad que puedes visitarla en muchas ocasiones, pero parece imposible conocerla completamente. Además, cambia totalmente según la época del año...

La siguiente guía refleja ese segundo viaje a París, 4 días en diciembre de 2013. Todos los recorridos están pensados para hacerlos a pie, excepto las distancias muy largas, que se pueden hacer en metro. Podéis acabar agotados de patear la ciudad, pero es viable, ¡nosotros lo hicimos!

Día 1

Es el día perfecto para hacer un paseo de reconocimiento. 

Un buen lugar para empezar vuestro recorrido es el Arco del Triunfo. Podéis caminar a lo largo de los Campos Elíseos, viendo tiendas de grandes firmas hasta la Plaza de la Concordia. 

 

Antes de llegar al Obelisco, podéis acercaros al Petit Palais y al Grand Palais. También disfrutaréis de uno de los puentes más bonitos de París, el puente de Alejandro III, desde donde se observa los Inválidos.

En los alrededores podéis ver la Plaza Vendôme, presidida por una columna copia de la columna de Trajano en Roma, que alberga tiendas de marcas prestigiosas y hoteles de lujo como el Ritz. Muy cerca, subiendo por la Rue de la Paix os encontráis el Palacio Garnier, donde está la Ópera. Por el momento, sólo contemplaremos su exterior.

Aunque no os guste demasiado ir de compras (como a mí), no podéis dejar de entrar en las galerías Lafayette. En el interior destaca su preciosa cúpula. En época navideña suele estar decorado con un árbol gigante y en las horas en punto hacen un pequeño espectáculo (del tipo Cortilandia). También es interesante subir a su azotea (de manera gratuita), desde donde podréis tener otro punto de vista de París.

Debéis seguir el Boulevard Haussmann hasta la Rue du Faubourg Montmartre. De camino, en una calle que dejaréis a la izquierda, podéis observar esta bonita postal, con el Sacre Coeur de fondo.

El sitio elegido para comer es el bouillon Chartier. Es un restaurante tradicional francés y con precios bastante asequibles (siempre que pidáis carafe d'eau). Lo más importante para nuestros horarios españoles, ¡no cierra cocina (abre desde las 11:30-24:00)! Apenas tendréis que esperar por una mesa, es bastante grande y os van a sentar aprovechando los huecos, es decir, si sois una pareja probablemente tengáis que compartir mesa con otra. A nosotros nos encanta, por eso os lo recomiendo.

Si el tiempo acompaña, podéis reposar la comida sentados al sol en las sillas/tumbonas de los jardínes de las Tullerías. De camino, podéis acercaros a ver los jardines del Palacio Real, llamarán vuestra atención las columnas desiguales a rayas blancas y negras. Antes de llegar a las Tullerías, contemplaréis otro de los símbolos de París, la pirámide de cristal del Louvre.

Entre el museo del Louvre y los jardínes de las Tullerías, se encuentra el Arco de Triunfo del Carrusel, desde allí se puede ver el obelisco e incluso el Arco del Triunfo.

Atravesad hasta la isla de la Cité para contemplar la catedral de Notre Dame. Podéis visitar su interior de manera gratuita.

Al otro lado del río, podréis encontrar una librería singular, Shakespeare and Company. Es un rincón muy curioso de visitar, y para los amantes de la lectura tiene una zona con sillones habilitada como biblioteca.

Para terminar el día, podéis dar un paseo por el Barrio Latino. Para cenar os sugiero Heureux comme Alexandre. Sus especialidades son las fondues y la carne a la piedra.
 
Si el primer día lo dedicamos a dar un paseo general por París, el segundo y tercer día los dedicaremos a ver "interiores". Nosotros decidimos comprar la tarjeta París Museum Pass de 48h y quisimos amortizarla al máximo. Mientras no indique lo contrario, visitamos los monumentos de manera "gratuita" con esta tarjeta.

El recorrido de hoy comienza en Trocadero. Si queréis subir a la Torre Eiffel, es aconsejable que lo hagáis a primera hora de la mañana. Para que no tengáis que esperar colas interminables, mejor comprad las entradas online en http://www.toureiffel.paris. Es uno de los pocos monumentos cuya entrada no viene incluida con la París Museum Pass.


Desde arriba podréis contemplar unas vistas increíbles de todo París (si la climatología os lo permite).

Al bajar, podéis pasear por los Campos de Marte en dirección a los Inválidos, lugar donde podéis visitar la imponente tumba de Napoleón, además del Museo del Ejército.

Para visitar las Torres de Notre Dame, llegad antes de la hora de apertura para que la cola sea más llevadera. Aunque la entrada esté incluida en la Tarjeta París Museum Pass hay que esperar. Pero la espera merece la pena, por las vistas de la ciudad y por el aspecto "intimidatorio" de sus gárgolas y quimeras.

Un rincón único y curioso para conocer en esta zona es el Mercado de las Flores, a los pies de la boca de metro de Cité. De lunes a sábado, podéis encontrar semillas, tiestos, objetos decorativos, herramientas de jardinería y como no, todo tipo de flores. ¡Un paraíso para los amantes de las plantas!

Aunque no sea de los monumentos más visitados de la ciudad, quizás porque está escondido dentro del Palacio de Justicia, merece la pena que a continuación os acerquéis a la Sainte Chapelle. Tened en cuenta que para poder acceder a su interior se debe pasar un control de seguridad. 

A lo largo del día realizan visitas guiadas gratuitas de unos 45 minutos. Nosotros pudimos disfrutar de una explicación (en francés) de un doctor que hizo su tesis sobre esta capilla. Son sorprendentes las vidrieras de colores que llegan desde el suelo hasta las bóvedas, y la ausencia de muros o pilares que sostengan las bóvedas. ¡Una muestra impresionante de la arquitectura gótica!   

@parismuseumpass

El siguiente punto del recorrido es el Panteón. Su interior es majestuoso, en cuanto a su tamaño y decoración, en el centro de su bóveda oscila el péndulo de Foucault. Su cripta alberga los cuerpos de los hombres ilustres franceses, entre ellos Victor Hugo, Voltaire, Rousseau y Alejandro Dumas y sólo dos mujeres Marie Curie y Sophie Berthelot.

Uno de los mejores sitios donde comer crêpes y galettes en París está en la Rue Mouffetard, las largas colas a su puerta lo atestiguan. En Au P'tit Grec comeréis galettes saladas y crêpes dulces deliciosos, a muy buen precio, de gran tamaño y con gran cantidad de ingredientes. Sólo hay un pero... el local es muy pequeño, pero si hace buen tiempo, podéis pedirlos pour emporter y comerlos en un parque. ¡Se me hace la boca agua pensando en un Nutella Banane!

Un plan perfecto para la tarde es subir al barrio bohemio de Montmartre. Las visitas más típicas son a la Basílica del Sacre Coeur y a la plaza del Tertre, dos lugares que evidentemente no os debéis perder, pero nosotros la completamos con el siguiente paseo. 

   

¿Quién os diría que podéis encontrar viñedos en medio de este barrio?

Os podéis sentar en las grandes escaleras frente a la Basílica con una cerveza fresquita a observar las maravillosas vistas de la ciudad, al chaval que hace malabarismos con un balón de fútbol en la farola y otros espectáculos.

Para cenar por este barrio os recomiendo el Relais Gascon en Rue des Abbesses. Tiene una gran ventaja, ¡no cierra cocina! No olvidéis llevar dinero en efectivo. Su plato estrella son las ensaladas gigantes, con patatas fritas caseras por encima.

Por la noche, para ver la zona iluminada, podéis acercaros a la plaza Pigalle, zona de cabarets y sex-shops, donde se encuentra el mítico Moulin Rouge.

Os voy a dar una serie de opciones para disfrutar de vuestro último día en París, según vuestras prioridades, la climatología o incluso la localización de vuestro alojamiento, podréis realizar unas actividades u otras.

La siguiente visita no suele estar incluida entre las imprescindibles de una primera toma de contacto con París, pero sin duda, merece muchísimo la pena. Si sois capaces de cuadrar horarios, visitad el interior de la Ópera Garnier.

Personalmente, también recorrería algún passage-couvert, o lo que es lo mismo, galerías comerciales que datan del s.XIX y se encuentran entre la zona de Palais Royal y los grandes bulevares. En muchos casos, os fascinarán sus suelos, sus techos, sus escaparates, su decoración...

Si no lo habéis hecho aún, pasead por los jardines de Luxemburgo. Es el principal parque de esta ciudad, un lugar muy agradable donde podéis ver jugar a la petanca, niños haciendo competiciones con barquitos en el estanque o sentaros en una de sus sillas a leer.

Os aconsejo también que os acerquéis a conocer el Jardin de las Plantas. Es un jardín botánico, donde podéis contemplar numerosas especies vegetales. Después podréis disfrutar de un rico té y dulces árabes en la Gran Mezquita, que está muy cerca.

Por último, os invito a subir a la azotea del Instituto del Mundo Árabe, donde podréis observar una de las mejores vistas gratuitas de la ciudad. 

París es una ciudad fascinante, tiene muchos lugares para conocer que no se pueden abarcar en una única visita, yo os he propuesto los que para mí son más "imprescindibles". 

¡Y pensar que hemos descubierto Extremadura durante el año 2015! Es una región que nos ha sorprendido bastante, sobre todo porque desconocíamos todo lo que podía ofrecer, y donde se puede combinar sin problemas un turismo de naturaleza, cultural, rural y gastronómico.

Pueblos con encanto que parecen estancados en el tiempo, una arquitectura peculiar, parajes de ensueño y buena mesa, con todos estos elementos, ¿a quién no le apetece conocer esta tierra?

Para que os resulte más sencillo hacer vuestro propio planning, os incluyo los horarios y tarifas de los lugares que visitamos en Trujillo, Plasencia y Hervás (última actualización horarios y tarifas diciembre 2015).

En nuestra escapada de tres días a Extremadura habíamos decidido no establecer nuestro campamento base en una única ciudad. Aparte de seguir descubriendo esta región, nuestro segundo objetivo era avanzar hacia el norte para pasar con nuestras familias las fiestas navideñas.

El primer día elegimos Trujillo y el segundo sería el turno de Plasencia. Buscamos un hotel moderno, económico y con una buena salida hacia la autovía para pasar la noche del viernes... y encontramos el hotel Ciudad de Plasencia.

Como estábamos en racha y para no perder las viejas costumbres, también llamamos por teléfono para reservar este hotel. Conseguimos un precio más barato que en Booking, 50€ habitación doble (en la primera planta) con desayuno incluido. Recalco la planta ya que es la única que está completamente reformada. 

El hotel está situado en un polígono a las afueras de Plasencia, al lado de la salida a la ruta de la Plata y a unos 10 minutos al centro (en coche). No nos resultó difícil llegar hasta él con el gps. Es fácil aparcar enfrente de la puerta.

Como nuestra habitación estaba preparada, nos permitieron hacer el check-in antes de la hora. Además, muy amablemente nos indicaron qué visitar en la ciudad y dónde aparcar.

La habitación es muy espaciosa, con una imagen muy moderna. Han unido dos camas individuales bastante cómodas. Cuenta con un escritorio, televisión y está climatizada.

 

El baño también es muy amplio, y el plato de ducha ¡gigante!

El desayuno de tipo buffet se ofrecía en un salón demasiado grande, por lo que por su distribución parecía que no había variedad, pero la verdad es que era bastante completo: café, leche, colacao, bollería, tartas, frutas, cereales, zumos, yogures, embutido, huevos revueltos y salchichas.

Después de un contundente desayuno en el hotel Ciudad de Plasencia, emprendimos la marcha hacia Hervás, que está en torno a media hora de Plasencia por autovía.

Para aparcar no tuvimos problemas, decidimos dejar el coche en la plaza de González Fiori. Aunque llevábamos impreso un plano histórico de Hervás, nos acercamos a la Oficina de Turismo. Una vez allí, nos recomendaron que visitásemos el museo Pérez Comendador-Leroux, hacer una visita guiada a las iglesias de Santa María y San Juan y también nos dieron información sobre las rutas de senderismo del valle Ambroz, que tendríamos que dejar para otra ocasión.


Aunque a priori solamente teníamos previsto pasear por el barrio judío, nos pareció interesante conocer el museo Pérez Comendador-Leroux. Se encuentra en la Casa de los Dávila, una casa palaciega de estilo barroco, que junto con el barrio judío y las iglesias de Santa María y San Juan fueron declarados conjunto histórico-artístico en 1969. En sus salas se puede ver la obra escultórica de Enrique Pérez Comendador y la obra pictórica de su mujer, Magdalena Leroux. En la planta baja se exponen obras de Ángel Duarte, imposibles figuras geométricas realizadas en acero inoxidable. Con motivo de las fechas navideñas, tenían una exposición temporal muy interesante con diseños de crismas de  países europeos.

Subimos hacia la iglesia de Santa María, que está situada en una colina, el punto más alto de Hervás. Alrededor de la iglesia hay una muralla mirador desde donde se puede ver una bonita panorámica del pueblo y la sierra. 

Descendimos dando un paseo por la judería, camino al río Ambroz y al Puente de la Fuente Chiquita. Durante nuestro recorrido por esas calles estrechas, empedradas y de distribución irregular, apenas nos cruzamos con gente. Las casas conservan elementos tradicionales de la arquitectura serrana, la mayor parte con entramados de madera de castaño con adobe. 

Es curioso como aprovechaban los espacios para construir...