8 de noviembre de 2015

Día 2: Milán más allá del Duomo

El itinerario propuesto para el día de hoy es el siguiente:


Aparte del impresionante Duomo, y a pesar de la opinión generalizada sobre Milán, pudimos descubrir otros lugares interesantes que hacen que esta ciudad sea especial. La primera parada del día fue a uno de ellos: la iglesia de San Maurizio al Monastero Maggiore.

Tras un exterior bastante sobrio, en su interior nos espera una grata sorpresa, ya que todas las paredes están cubiertas por frescos del siglo XVI perfectamente conservados. Su distribución es curiosa, un muro central divide la iglesia en dos zonas, en la parte pública se situaban los ciudadanos que acudían a misa y en la zona interior las monjas benedictinas. 



Seguimos avanzando por el Corso Magenta hasta la iglesia de Santa Maria delle Grazie, conocida por albergar en su refectorio La última cena de Leonardo Da Vinci.

Para poder disfrutar de esta obra hay que hacer una reserva con bastante antelación. La reserva online se hace a través de VivaTicket.

Durante los preparativos del viaje vimos que, dada nuestra moderada afición a la pintura, la relación coste-tiempo-disfrute de la pintura no nos iba a convencer, así que decidimos no reservar. Se puede entrar independientemente en la iglesia, aunque desde nuestro punto de vista, es una visita prescindible, no destaca sobre el resto de las iglesias de la ciudad.

Al salir, nos dirigimos callejeando hacia la Basílica de San Ambrosio. En su exterior nos sorprende el gran atrio y las dos torres de ladrillo a diferentes alturas.


En su interior lo que más nos llama la atención es el baldaquino que protege el Altar Dorado, el mosaico que decora el ábside y el  sarcófago de Stilicho (s.IV).


En la cripta nos encontramos los esqueletos de los santos Ambrosio, Gervasio y Protasio vestidos con sus mejores galas.


Nuestra próxima visita iba a ser la iglesia de San Lorenzo Maggiore, pero llegamos justo cuando cerraban al mediodía. Reajustamos sobre la marcha nuestro itinerario y cogimos un tranvía hasta la zona del Duomo para visitar el interior de la iglesia de Santa Maria presso San Satiro, que sorprende por el efecto óptico de la profundidad del ábside.



Ya se ha hecho la hora de comer, así que vamos andando hacia la Pizzeria Griglieria Flash. Está muy bien situada, a cinco minutos andando del Duomo. La comida es casera, hacen unas pizzas enormes al horno de leña y tienen un servicio muy muy rápido. Comimos un risotto alla monzese, una pizza regina, una botella de agua y un café por 19€ (2€ copperto).


Era el turno de visitar el interior del Duomo. Las entradas las habíamos comprado la tarde anterior (2€/persona), así que fuimos directamente a la cola de entrada. 
Es una catedral de grandes dimensiones. Como curiosidades destacaríamos los grandes cuadros colgados entre las columnas y las hermosas vidrieras de los laterales. Aunque lo que más llama nuestra atención es la estatua de San Bartolomé, que aparece con la piel arrancada, haciendo referencia al martirio que sufrió.




Al lado de la catedral podemos encontrar la Piazza Mercanti, una plaza pintoresca que conserva edificios de la época medieval.

Por la mañana dejamos pendiente la visita al interior de la iglesia de San Lorenzo Maggiore. Arquitectónicamente es interesante, pero en su interior nada más nos llamó la atención, si bien es cierto que no entramos en la capilla de San Aquilino, donde se pueden ver mosaicos bizantinos.

Nos quedaba por visitar uno de los monumentos más importantes de Milán, el Castello Sforzesco. Nuestra idea era dar un paseo por el patio central y relajarnos un rato en el Parque Sempione


La entrada al Aquario Civico es gratuita durante la última hora de apertura.

A partir de las 18.30h la entrada al Aquario Civico era gratuita, con lo que aprovechamos para echar un vistazo. Nos pareció interesante, pero no pagaríamos el precio de la entrada general para verlo.


Después, nos acercamos hasta una de las zonas más animadas por la tarde-noche en Milán, el barrio de Navigli. Dimos un paseo agradable a lo largo de los dos canales que todavía existen. Era la hora del aperitivo, pero como teníamos planteado cenar al lado del Duomo y llevábamos desde primera hora de la mañana pateando la ciudad, nos fuimos directamente hacia allí.

El día anterior habíamos pasado por la puerta del restaurante Fresco&Cimmino y nos gustó bastante su estilo. Pedimos unos spaghetti alla nerano, una ensalada San Babila y una botella de agua por 31.80€ (4€ coperti). No nos decepcionó, la comida estaba muy buena, los platos eran generosos y era económico para su ubicación.


Era nuestro último día en Milán, así que fuimos a hacer unas últimas fotos de la catedral y volvimos a descansar al apartamento. El día siguiente cogeríamos un vuelo hacia Praga.

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