31 de agosto de 2018

Día 3: Miradores en Oporto y aterrizaje en Madeira

¡Hoy sí que toca madrugar para aprovechar la mañana! Aunque ayer desayunamos fabulosamente en Dama Pé de Cabra, no podemos esperar hasta las 9:30 que abre, así que decidimos tomar un desayuno rápido en el Café Tropical, en la misma Praça da Batalha. Un café, un colacao y bollería variada de obrador por 4,55€

El día está completamente despejado, ¡perfecto para admirar las vistas de Oporto! Nos ponemos en marcha hacia el Monasterio da Serra do Pilar. Desde la plataforma superior del puente de Don Luis I tenemos una panorámica de postal, que no tiene nada que envidiar a su imagen nocturna. Contemplamos su peculiar belleza, por un lado la Ribeira con sus fachadas coloridas, por el otro, Vila Nova de Gaia y sus bodegas, mientras que barcos rabelos surcan el Duero.


Dos estampas muy semejantes se inmortalizan desde un mirador "improvisado" en la entrada del teleférico y desde el Jardim do Morro. A nuestra izquierda, sobre un promontorio, se alza el monasterio. Un sitio privilegiado para tomar mil y una instantáneas de la ciudad.

Desde aquí se puede ver el tramo mejor conservado de las murallas fernandinas, entre el puente de Don Luis I y el funicular, que como en muchas otras ciudades se derribaron para permitir crecer la urbe. 



Retrocedemos sobre nuestros pasos hasta la Torre de los Clérigos. Desde esta torre campanario se obtiene una de las mejores vistas panorámicas a 360º de Oporto. Y es que su silueta es visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Incluso hubo una época en la que los barcos que navegaban por el Duero lo utilizaban como punto de referencia.

Aunque la iglesia se puede visitar gratuitamente, subir a la torre cuesta 4€.

¡Sólo 225 escalones nos separan de su mirador! Durante el ascenso podemos hacer paradas en hasta seis niveles para descubrir estancias destinadas a la vida cotidiana de la Hermandad de los Clérigos (que se han musealizado) y distintas exposiciones. También podemos observar la iglesia en todo su conjunto desde una galería superior, desde donde se aprecia mejor la forma elíptica de la nave.



Desde el estrecho corredor del mirador se pueden reconocer los edificios más emblemáticos de la ciudad. ¡Las vistas son espectaculares!



Tenemos hasta las 12 para abandonar el hotel. Como el aparcamiento está pagado y no hay llaves físicas que devolver, ni necesidad de pasar por recepción, sobre las 11 subimos a nuestra habitación para recoger todo.

Si pensábamos que era difícil entrar al aparcamiento del hotel, salir también se puede convertir en una odisea. Hay un punto en el que el techo está a dos niveles y puedes llegar a abollar la carrocería si te desvías hacia la parte baja. ¡Cuidado, restos de pintura lo demuestran! Conseguimos salir sanos y salvos sin rayar el coche. ¡Menos mal que no hemos tenido que desplazarnos estos días con él!

Nuestro vuelo despega a las 13:45, así que tenemos tiempo de sobra para encontrar el aparcamiento y prepararnos para el embarque. No hay tráfico, por lo que llegamos en 20 minutos, sumando otros 5 hasta que localizamos el parking. Hemos reservado online en el aparcamiento oficial del aeropuerto. Elegimos el P4 (Low Cost Plus), que tiene una zona cubierta, a 5 minutos andando de la terminal de salidas, por 60€ los 8 días y medio.

¿Sabíais que el aeropuerto de Madeira está considerado como uno de los más peligrosos del mundo? Debido a la orografía de la isla, su pista de aterrizaje está por un lado rodeada de una pared montañosa, por el otro, de la inmensidad del océano. Por suerte, en el año 2000 se decidió ampliar la pista, ganando terreno al mar, en una espectacular obra de ingeniería. Así que, a menos que sea un día con viento, en los que se complica la maniobra de aproximación a la isla, no debéis preocuparos, sólo pilotos con permiso especial pueden aterrizar/despegar de Madeira.

@aeropuertoinfo.com

Aunque muchos turistas recogen su coche de alquiler en el aeropuerto, nosotros lo hemos reservado en la oficina de Europcar de Funchal a partir de mañana y sólo para 5 días, en los que recorreremos la isla completa. No tenemos que esperar mucho al Aerobus, para nosotros la mejor opción para llegar a Funchal (5€/pers ida y 8€/pers ida+vuelta).

En la web www.sam.pt podéis revisar la información actualizada de los horarios, tarifas en incluso en qué parada debéis bajaros dependiendo del hotel en que estés alojado. En nuestro caso, la del centro comercial La Vie.

En el momento en que empecéis a buscar alojamiento en Madeira os daréis cuenta de que la mayor oferta se encuentra en Funchal, su capital, y que está dividida principalmente en la zona velha (casco histórico) y la Estrada Monumental/Lido.

A menos que vayáis en plan relax-piscina-hotel resort, os recomiendo que busquéis un alojamiento más próximo al casco histórico.

Con nuestras maletas nos dirigimos a los apartamentos Atlântida. Para nosotros la ubicación es perfecta, a pocos pasos del Jardín Municipal y a 500m de la catedral. Nuestro estudio superior con su pequeña terraza es tal y como muestran las fotos de su página. Nos permitimos sólo un pequeño descanso, ¡que son casi las 18h y está anocheciendo!

Aunque tenemos bastante información de la isla, nunca es suficiente, así que pasamos por la oficina de turismo de la Avenida Arriaga para ampliarla. Con nuestros mapas y algún buen consejo de rutas para descubrir esta preciosa isla, deambulamos por las calles del centro. En un par de días encienden la decoración navideña, ¡qué bonitas están sus calles y parques!

Nos acercamos también al parque de Santa Caterina, desde el que se tiene una maravillosa vista de su bahía y por tanto, de todos los cruceros que hacen escala en Funchal. Bajamos por unas escaleras hasta la bahía y nos topamos con el Museo de CR7, el Hotel Pestana CR7 y su estatua, ¿se nota que la isla utiliza la figura de Cristiano Ronaldo, su personaje más ilustre, como promoción?

Tenemos que aprovisionarnos para el desayuno y alguna cena casera, por lo que volvemos hasta el centro comercial La Vie, que está justo al lado de casa, y descubrimos la cadena de supermercados Pingo Doce. Incluso se pueden adquirir productos recién cocinados y comerlos en unas mesas preparadas para ello.

Después de una larga jornada, sólo nos queda descansar en la terraza de la panadería Na Avenida, brindando con nuestras limonadas de frambuesa y maracuyá, degustando un rico pastel (6€) e imaginando los tesoros que descubriremos en los próximos días.

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